Una vivienda que se cierra al exterior más público y se abre hacia su jardín posterior más íntimo. Reminiscencias de la filosofía japonesa y su sentir interior fueron unos de los requerimientos más fuertes que dieron inicio a éste proyecto.
Una volumetría simple y despojada de ornamentos, caracterizan a este partido arquitectónico.
Se juega con dos colores intensos pero básicos al mismo tiempo, blanco y amarillo; capaces de dar protagonismo absoluto a la construcción dentro de su entorno intensamente verde. Grandes y amplios planos vidriados dan la sensación de invadir los espacios exteriores desde su interior. Común denominador de nuestros proyectos: la madera, la piedra y los revoques lisos en armonía con el entorno.
Vivienda
150 m
2012
Parque Miramar, Canelones